jueves, 28 de febrero de 2013

Astrónomos listos

La Nube negra fue la primera novela de Fred Hoyle, un respetado astrónomo. En el prólogo, indica Miquel Barceló que, en esta y en otras novelas suyas, «la parte científica está tan brillantemente expuesta y trabajada que han llegado a ser utilizadas como libros de lectura complementaria en los cursos de astronomía de las universidades anglosajonas».

El relato empieza con que unos astrónomos estadounidenses descubren una misteriosa nube que se aproxima a la Tierra y, días más tarde, unos británicos también deducen que algo está ocurriendo. Se reúnen los dos equipos y averiguan que la enorme nube llegará al cabo de un año y medio y se interpondrá entre el Sol y la Tierra por lo que, al menos durante un mes, la Tierra no recibirá la luz del sol. El astrónomo inglés que lleva la voz cantante, Kingsley, se las arregla para que su gobierno prepare unas instalaciones especiales desde donde un equipo seleccionado por él observará los acontecimientos y les informará.

La historia se desarrolla, paso a paso, por medio de unos diálogos intensos y con unas explicaciones  claras sobre lo que ocurre y lo que, previsiblemente, puede suceder. Toda la primera parte resulta magnífica. La segunda, aun cuando la construcción narrativa y las conversaciones entre los protagonistas tienen igual altura, ya es más difícil de aceptar: el narrador lo sabe ya que, de hecho, «cuando Kingsley expone su hipótesis sobre la nube, un científico dice que es una idea ridícula y otro dice: “Esto pasa por leer ciencia-ficción”». La novela tiene un punto de reinvidicación de la limpieza de los científicos frente a la torpeza de los políticos que resulta poco equilibrada, no por las críticas, que nos las podemos creer sin dificultad, sino por los elogios hacia los colegas del autor.

Son excelentes, además, toques incidentales como, por ejemplo, el momento en el que el Astrónomo Real británico y Kingsley, el protagonista, viajan en avión a Estados Unidos:
«Ambos sacaron libros para leer durante el viaje. Kingsley espió el libro del Astrónomo Real y vio una impresionante cubierta que representaba una pelea a tiros entre desesperados.
“Sólo el cielo sabe lo que va a leer después”, pensó Kingsley.
El Astrónomo real miró el libro de Kingsley y vio que era la Historia de Herodoto.
“Dios mío, después va a leer a Tucídides”, pensó el Astrónomo Real».

Fred Hoyle. La Nube negra (The Black Cloud, 1957). Barcelona: Ediciones B, 1988; 245 pp.; trad. de Gemma Carvajal; prólogo de Miquel Barceló; ISBN: 84-406-0164-6.