lunes, 22 de abril de 2013

Difíciles de resistir

¡Oh no, Lucas!, de Chris Haugthon, podríamos alinearlo con, por ejemplo, Harry el perrito sucio, pues, como él, habla bien al lector pequeño de orden y limpieza por medio de un personaje interpuesto. Un niño, Quique, deja solo en casa a su perro, Lucas y, antes de irse le pregunta «¿Te vas a portar bien?», y Lucas asiente y dice que será muy bueno. Y desde ahí asistimos, en secuencias de dos dobles páginas, a las tentaciones irresistibles que asaltarán a Lucas: una tarta, un gato, una maceta...

Alternan las dobles páginas sangradas, las de la vida real, y las que llevan marco, las de Lucas portándose mal, como si fueran un paréntesis en el que Lucas no fuera él mismo. Se provoca bien el deseo de pasar la página: después de cada tentación vemos a Lucas mirando al lector mientras hay una pregunta en el aire: «¿Qué hará Lucas?». Las figuras esquemáticas, o minimalistas, son simpáticas y transmiten bien el mundo “interior” del personaje.

Chris Haughton. ¡Oh no, Lucas! (Oh, no, George!, 2012). Santander: Pepa Montano - Milrazones, 2012; 34 pp.; trad. de Jesús Ortiz Pérez del Molino; ISBN: 978-84-937552-9-4.