jueves, 4 de julio de 2013

Complejidad o sencillez

Aunque admiro mucho a Roberto Innocenti y aunque me parece magnífica esta reseña de La niña de rojo —pues dice todo lo que hay decir y subraya la importancia y la calidad del diseño, la crítica social y política que contiene la trama, el contraste de las dos versiones del relato (la de Perrault y la de Grimm)—, debo decir que no me gusta la forma en que se cuenta la historia.

Una primera razón se podría buscar en la edad (la mía): parece que cuando uno va siendo mayor tal vez tiende a estar más apegado a versiones anteriores de los relatos. Pero esto no está claro: cuantas más versiones conoces de algunas historias más facilidad tienes para ver los méritos de las nuevas, méritos que no pueden apreciar igual quienes se acercan al relato por primera vez. En cualquier caso, creo que veo bien los méritos de la versión de Innocenti.

Esto conduce a la segunda razón, en la que apoyo mis reticencias: hay relatos cuyo valor está en la sencillez y en la claridad de su argumento y de su mensaje, en lo bien que transmiten algo difícil con pocos elementos, por lo que añadirles complejidad gráfica o estructural no los suele mejorar. Se puede objetar a esto que los lectores jóvenes de una sociedad urbana, como la que pinta Innocenti, pueden entender la vieja historia en esos escenarios. Mi respuesta es que puede ser así en algunos casos pero pienso que no en la mayoría: lo sencillo lo pueden comprender todos y lo embarullado no. Con todo, no me voy a batir en duelo por esta opinión (que se puede desarrollar más) y, como he dicho algunas veces en casos semejantes, seguro que es más prudente fiarse de maestros como Innocenti (y como la autora de la reseña citada) que de mí.

Roberto Innocenti. La niña de rojo (The Girl in Red, 2012). Historia de Roberto Innocenti, escrita por Aaron Frisch, diseño de Rita Marshall. Sevilla: Kalandraka, 2013; 32 pp.; trad. de Carlos Heras Martínez. ISBN: 978-84-92608-66-9.