domingo, 13 de julio de 2014

La palabra no es "orgullosos"

Qué poco me gustan convenciones como YALC 2014 donde todos se aplauden a sí mismos: qué estupendos somos los autores, qué maravillosos sois los lectores, qué buenos son los libreros, cuánto hacemos por la difusión de la lectura y de la cultura, todo libro por el hecho de serlo es bueno, todo acto lector es un prodigio de inteligencia, etc. En ese contexto es lógico que una autora como Malorie Blackman elogie a sus propios lectores y les diga que han que sentirse orgullosos de leer "Young Adults Ficción", literatura juvenil.

Sin embargo, quien haya leído bastantes libros del género al que se refiere Malorie Blackman —como estos ejemplos— sabe que son una basura en su mayoría (igual que muchos bestsellers o que muchos libros para adultos, vale, pero ese no es el caso). Así que, ¿orgullosos por qué? Se podría reconducir el comentario y decir que hay que estar orgullosos de leer buena literatura, sea infantil o juvenil o sea de adultos, y por supuesto las distopías juveniles excelentes.

Pero, en cualquier caso, ¿es "orgullosos" la palabra? Yo me siento contento de haber leído a Cervantes o a Dostoievski, o a Tolkien o a Bradbury, pero ¿orgulloso? Leer más o menos es, en la mayoría de los casos, cuestión de suerte, de tener tiempo, de no tener otra cosa que hacer, de haber caído en un ambiente donde se lee, o donde has podido leer, o donde te han orientado bien. Así que orgullosos, como quien está orgulloso de haber trabajado bien o de haberse sacrificado por algo que valga la pena, no. En todo caso, contentos y agradecidos.