Entrevista con Gregorio Luri.
Entre muchas ideas interesantes:
—El momento crítico para los niños culturalmente pobres es tercero de
Primaria, cuando pasan de aprender a leer a aprender leyendo. Los que
mejor leen, más aprenden y las diferencias iniciales se incrementan. El
fracaso escolar es básicamente un fracaso lingüístico. El mayor
escándalo de nuestra escuela es que, en cuarto de Primaria, ya podemos
identificar a los niños que fracasarán académicamente.
—No existe el aprendizaje fácil de cuestiones complejas por una sencilla
razón: la cultura es siempre elitista. Quien no entienda la diferencia
entre las obras completas de Georgie Dann y un cuarteto de cuerda de
Beethoven, no puede llamarse culto.
—Los que nos aseguran que la creatividad puede enseñarse deberían
decirnos a quién se la han enseñado. Los demás no sabemos cómo producir
ni Picassos ni Steve Jobs.
—La idea de que la educación ha de desarrollar todas las capacidades del
niño sólo pudo nacer entre pedagogos sin hijos que nunca impartieron
clases a adolescentes. Hay muchas potencialidades que deben reprimirse:
el robo, la mentira, la laxitud, etc.
—Yo defiendo la introducción de dos nuevos artículos en los derechos del
niño: "Todo niño tiene derecho a tener unos padres imperfectos» y «Todo
niño tiene derecho a tener unos padres tranquilos".
—Hay cuestiones escolares que tienen que ver más con los derechos civiles
de una ciudadanía adulta en una sociedad liberal que con las opiniones
de los pedagogos. La educación diferenciada o la educación en casa son
dos ejemplos. Si el ciudadano propietario está convencido de que nadie
puede imponerle una ideología política, una religión, una orientación
sexual o estética, un modelo familiar, etc., ¿por qué ha de confiar la
educación de sus hijos al Estado?