Señala Joseph Frank que, en sus primeros escritos, Dostoievski tiene un deseo de mostrar, con un «naturalismo sentimental», los valores humanos ocultos en las vidas de los más humildes y oprimidos, incluso cuando difícilmente podían ser considerados ejemplos de virtud. Esto se ve bien en los cuentos cortos que, al principio de su carrera, publicó en distintas revistas.
Una novela en nueve cartas es una breve historia que describe críticamente, mediante cartas que se dirigen dos personas, el funcionamiento de la burocracia, el carácter de los peterburgueses y un mundo de chismorreos, todo con acentos de lo más cortés. El señor Projarchin, un relato sobre cómo la avaricia puede aislar y volver egoístas a los hombres, trata sobre un personaje con una vida mísera, de quien todos en su pensión tienen lástima hasta que, cuando muere, se descubre la verdad. Como Projarchin, también fue funcionario Polzunkov, una especie de bufón con buenos sentimientos que no cesa de pedir dinero a todos los que le rodean debido a las desgracias que le sucedieron en el pasado con el que fuera su jefe. Un corazón débil trata sobre dos amigos muy unidos, uno de los cuales está enamorado y no para de mostrar su entusiasmo, con una emotividad desbordada y excesiva, mientras el otro intenta frenarle un poco y hacerle notar las limitaciones que le impone su trabajo de funcionario. La mujer ajena y el marido debajo de la cama es una breve comedia de enredo, un relato en el que Dostoievski se dejó llevar por un raro ataque de frivolidad. En El ladrón honrado, un viejo soldado, criado del narrador, cuando a este le ha desaparecido el abrigo le cuenta un suceso acerca de otro criado, Yemelyan, que bebía en exceso y robó el abrigo de su amo.
Ninguno de los relatos citados es de los mejores del autor pero sí dan idea de su notable capacidad descriptiva, de su afán de mostrar minuciosamente los mundos interiores de sus personajes, y de cómo, en cada uno, aborda situaciones distintas o cambia de tono y de narrador según haga falta. En ellos, aparte de que se muestra el talento particular de Dostoievski para componer buena parte de sus historias por medio de diálogos ágiles, se ven sus primeros intentos de crear tipos y actitudes que luego perfeccionará —como la psicología del avaro, de Projarchin, que retomará en personajes de El jugador, El idiota, o El adolescente—, y se ve su intención de que sus héroes tragicómicos sean como un espejo en el que todos puedan ver cuál es su verdadera condición —como cuando los oyentes se ríen al oír las desventuras de Polzunkov en medio de la jungla burocrática que todos en realidad sufren y sostienen—.
Fiódor Dostoievski. Una novela en nueve cartas (Роман в девяти письмах, 1845-1847), en Obras completas tomo I, Madrid: Aguilar, 1991; 12 pp. de 1369 pp.; introducción, trad. y breves prólogos a cada obra de Rafael Cansinos Assens; ISBN: 968-19-0140-1.
Fiódor Dostoievski. El señor Projarchin (Γοcпoдин Пpoxapчин, 1846), Polzunkov (Πoлзyнкoв, 1847), La mujer ajena y el marido debajo de la cama (Чужая жена и муж под кроватью, 1848), El ladrón honrado (Честныйвор, 1848), Un corazón débil (Слабое сердце, 1848), en Cuentos. Madrid: Siruela, 2007; 520 pp.; col. Libros del Tiempo; edición y trad. de Bela Martinova; ISBN: 978-84-9841-086-0.