Gombrich: «Cabría argumentar que lo que cuenta para el artista no es la adquisición de una habilidad, sino la expresión de sí mismo. La teoría del “expresionismo abstracto” se concentró, de hecho, en la marca del artista como un rasgo grafológico de su gesto espontáneo y único, que, con ello, se convirtió en un medio de “autodescubrimiento”. Pero como historiador me agradaría replicar que los problemas y valores del arte —incluidos también aquellos del expresionismo abstracto— han surgido de los problemas y valores del oficio. Es un hecho histórico que la mayoría de los grandes artistas de la tradición occidental se han visto envueltos en la solución de problemas más bien que en la expresión de su personalidad».
E. H. Gombrich. «Arte y autotrascendencia» (1969), Ideales e ídolos. Ensayos sobre los valores en la Historia y en el Arte (Ideals & Idols, 1979). Madrid: Debate, 2004, 2ª ed.; 224 pp.; trad. de Esteve Riambau i Saurí; ISBN: 84-8306-585-1.