Stepanchikovo y sus moradores. Notas de un desconocido fue un relato pensado, al principio, para ser una obra de teatro y, como tantas veces en la vida de Dostoievski, compuesto para tener algunos ingresos. En ella, uno de los personajes, Serguéi Aleksándrovich, es presentado como autor y narrador de la historia. Esta comienza cuando su tío, el coronel Yegor Ilich, un hombre muy bondadoso pero extraordinariamente pusilánime, le manda ir a su casa de Stepánchikovo para que se case con la niñera de sus hijos pero, en realidad, pronto descubre que su tío es quien está enamorado de ella. La razón de la extraña intriga está en la influencia de un tal Fomá Fomich, un personaje absurdo y abrumador, convencido de su talento como escritor y que tiene una total autoridad ante la madre del coronel y ante todos los habitantes de la casa.
Narración con fuertes tonos de comedia, descripciones de ambientes y personajes interesantes, como siempre, aunque la presencia de Fomá lo domina todo y, por momentos, resulta excesivo. Basta ver que se lo retrata como un hombre mezquino, insignificante, repulsivo, inútil, asqueroso, «pero dotado de un amor propio inmenso, carente, además de toda capacidad de justificar de algún modo su enfermiza presunción»; es «la personificación de una vanidad ilimitada», de «la más descarada susceptibilidad, la suspicacia más delirante» y de «un orgullo ofendido, agraviado por fracasos anteriores, infectado hacía mucho, mucho tiempo, lleno de de odio y envidia hacia todos aquellos que triunfan». Pero, contra lo que cualquier lector podría pensar e incluso desear, el autor le da una salida digna y nos dirá que «había sido oprimido y había sentido de inmediato la necesidad de oprimir; se habían burlado de él y también él se burló de otros. Había sido bufón y él mismo se rodeó de sus propios bufones».
Explica Joseph Frank que Dostoievski intentó en este relato poner de manifiesto «la preeminencia moral de una persona débil, llena de amor y de perdón, sobre una persona fuerte, monstruosamente egoísta, devorada por la vanidad y el resentimiento». También fue su primer internto de crear «ese ideal de un hombre perfectamente bueno» por más que algunas personas, a su temor a herir y a ser cruel, le llamen cobardía, y por más que así obtenga burlas de aquellos mismos a quienes beneficia. Otro de los objetivos del autor es seguir ahondando en la psicología de la humillación y en el poder explosivo del resentimiento, igual que satirizar el comportamiento de quienes usan el cristianismo como pantalla del propio interés. De hecho, Fomá Fomich se ha convertido en un apodo en Rusia para cualquier insolente e impertinente hipócrita, mucho más que los dickensianos Uriah Heep y Pecksniff en Inglaterra.
Fiódor Dostoievski. Stepanchikovo y sus moradores. Notas de un desconocido (Село Степанчиково и его обитатели, 1859). Barcelona: El Aleph Editores, 2010; 277 pp.; col. Modernos y Clásicos de El Aleph; trad. de Lydia Kúper; ISBN: 978-84-7669-933-1.